Construida en tiempos de Alfonso II, nos encontramos ante una iglesia dividida en tres naves anchas y cortas de tres tramos, que desembocan en un transepto, (el cual no sobresale en el plano, aunque sí lo hace en altura), y que se separa de la nave central por un arco de gran vano y dos pequeños huecos laterales, no practicables al paso. A ambos lados del transepto se sitúan sendos pórticos.
La cabecera está formada por tres ábsides, cubiertos con bóvedas de cañón, e insertos en el muro.
Su nave central y su transepto están iluminados por ventanas cubiertas con celosías (renovadas durante la restauración dirigida por Fortunato Selgas que tuvo lugar entre los años 1912 y 1917). Sobre la capilla central se levanta la cámara supraabsidal aislada, en la que se abre un ventanal de tres vanos al exterior.
Las tres naves están separadas entre sí por arcos de medio punto de ladrillo, que se apoyan sobre pilares de sillería de sección cuadrangular.
En la actualidad la iglesia únicamente cuenta con una entrada, a través del pórtico occidental, aunque antiguamente dispuso de otras cuatro puertas (dos de ellas en los pórticos dispuestos a los lados del transepto y las otras dos en las naves laterales).
Plano de Santullano
Merecen mención aparte las pinturas que recubren el interior de la iglesia, ya que se conservan algunas partes, y es posible conocerlas con exactitud debido a que fueron grabadas a punzón antes de pintarse. Las pinturas se encuentran en zonas horizontales y se separan por líneas horizontales a modo de imposta. Su gama de colores básica está formada por colores ocres y grises, además del rojo carmesí.
La composición de la decoración varía según el lugar en que está:
En el zócalo la decoración consiste en cuadrados enlazados con una fila de otros cuadrados más pequeños y también un friso.
En los arcos se aprecian una serie de óvalos alrededor de los arcos, que se alternan con círculos concéntricos.
Los muros (que son la parte más importante) se subdividen en dos o tres áreas horizontales en las que se puede ver una serie de dibujos arquitectónicos de diferentes características que utilizan perspectivas diferentes en cada una de las áreas. En algunos dibujos se simula la vista desde una ventana incluyendo cortinas que tapan en parte la vista del edificio.
Respecto a su estado de conservación, aún siendo éste bueno (salvo en el caso de las pinturas, que necesitan de una nueva restauración) cabría mejorar las condiciones en las que se encuentra, que a medio plazo supondrían un mayor deterioro del edificio. Las condiciones a las que me refiero son, evidentemente la excesiva cercanía de la autopista a-66 que conecta el eje Oviedo-Gijón-Avilés (aproximadamente se encuentra a unos siete metros) y que provoca vibraciones y polución (por dicha autopista pasan unos 32000 vehículos al día).
En su obra “En defensa del Prerrománico y del Patrimonio Monumental de Asturias”, (escrita en 1986), Joaquín Manzanares Rodríguez proponía una serie de medidas para mejorar las condiciones de la iglesia:
– Relevarla de su utilización para el culto
– Crear un gran espacio verde alrededor de San Julián demoliendo para ello la casa rectoral.
– Desviar la autopista a-66, utilizando para ello el solar de la Fábrica de Armas de la Vega.
Por último, en 2011, el grupo Popular del ayuntamiento de Oviedo exigió al gobierno del Principado que iniciase las obras para soterrar la autopista, lo cual fue rechazado, a ser aún más lesivo el llevar a cabo la obra que mantener la actual situación, ya que resulta muy peligrosa la excavación en una zona tan cercana a la iglesia.